Si hay pasaje que situó a Malanquilla en el mapa y atrajo hacia sí las miradas de propios y extraños es, sin duda, la aparición de aquél OVNI que sobrevoló nuestro cielo en la tarde del 26 de julio de 1976.
Ese día, como tantos otros, un grupo de seis muchachos de entre 8 y 15 años, cogieron la merienda y las bicis, y se fueron de excursión por la zona del aguadero, esa fuente de aguas casi “milagrosas” tan alabada por las gentes del pueblo.
Aquella tarde de verano, todo discurría con normalidad hasta que se percataron de que algo extraño se había posado sobre sus cabezas a no mucha altura, pasados unos segundos, ese objeto volador no identificado desapareció por detrás de las montañas de Pomer dejando tras de sí una estela grisácea.
Como es fácil suponer, desde el mismo momento en que la noticia se fue extendiendo entre el vecindario, aparecieron los defensores y los detractores. Los que creyendo o no la versión de los niños, no le daban más importancia y los que veían negras maniobras en aquél suceso, aún hoy inexplicable.
Es fácil imaginar la controversia que originó la visión de algo tan subjetivo como un OVNI.
Menos mal que pasados unos días, llegaron testimonios de familiares o conocidos, residentes en Calatayud y otros pueblos de la zona, que afirmaban haber visto sobre la misma hora un objeto volante similar al que describieron aquellos niños.
Os dejamos el corte de un vídeo donde Antonio Sánchez relata cómo lo vivió aquel día.
Este acontecimiento fue difundido por distintos medios de comunicación, y fue el desencadenante de iniciativas y acontecimientos posteriores que surgieron en Malanquilla, como la operación rescate para la reconstrucción del molino de viento, y otras acciones que a día de hoy continúan revitalizando a Malanquilla y situándola en el mapa.