Hoy 20 de enero, se celebra la Festividad de San Sebastián. En Malanquilla esta fiesta era muy esperada por ser la primera del año, después de la hoguera de San Antón.

“El 20 de enero, San Sebastián el primero”, decían.
“Detente varón, que antes es San Antón”, respondían otros.
Había una Cofradía que estaba compuesta por todos aquellas personas que querían. La gran mayoría del pueblo pertenecía a ella, pues los padres se encargaban de apuntar a los hijos para que estos siguieran con la tradición.
Cada cofrade que se apuntaba pagaba una cantidad al ingresar (1,25 pesetas en 1937 y 1,50 en los años 50). Los gastos festivos de ese día eran pagados a escote entre el Prior y los Mayordomos (a partir de 1959 el Prior se llamó Mayordomo y los Mayordomos se llamaban Cofrades), que eran los responsables de la organización de la fiesta.
Esos cargos, eran nombrados, año tras año, por turno de lista, y tocaba ir desempeñando a todos los miembros, en función de la antigüedad que cada cual tuviera dentro de la cofradía. Había un Prior, un suplente y seis Mayordomos. El Prior suplente pasaba a ser el Prior del año siguiente.

Esta cofradía estaba también formada con el propósito de asistir a los entierros cuando fallecía algún cofrade. Había un listero, elegido al mejor postor por subasta del cargo, el cual una vez terminado el entierro se encargaba de pasar lista de asistencia de los cofrades.
Al que no comparecía, lo apuntaba en una lista y al año siguiente al ir a recoger el panete, tenía que abonar las faltas, que según qué tiempos eran de una peseta por cada una ellas. La misa por todos los cofrades difuntos se celebraba el día 21 de enero festividad de “San Sebastiancico”. La no asistencia a Misa ese día se penaba con el pago del doble de la multa. Los gastos religiosos de la Fiesta eran sufragados normalmente con las multas y los nuevos ingresos.
Por la mañana se celebraba una Misa y se hacía una procesión bajando por la Portaza y subiendo por el Mazacote. Los miembros de la Cofradía iban engalanados con sus capas. El Prior y los Mayordomos llevaban los palos que ahora se llevan para las fiestas de Agosto los miembros de la Comisión.
Con ayuda de la familia, el Prior y los Mayordomos, eran los encargados de comprar vino y fabricar los panetes, que se hacían con masa de pan y anisetes.
Por la tarde, y en la parte baja del Ayuntamiento, se repartían a todos los cofrades y vecinos los panetes y el vino. Para acompañar al panete, cada cual de casa se llevaba su trozo de chorizo o cualquier otra vianda. Se formaban corrillos y se compartían los alimentos entre todos. Al mismo tiempo, y con los vapores del vino, en los corrillos se hacían planes y se contaban cosas jocosas. Había quien aprovechaba que el vino era gratis, pingaba el codo dando buena cuenta de él, y alguno que otro se calentaba.

Después de la merienda había baile. La orquesta la formaban los habilidosos del pueblo con sus guitarras, bandurrias y demás instrumentos.
Era un Fiesta muy divertida y llena de camaradería entre toda la gente del pueblo.
Terminados todos los actos, ya quedaban nombrados el Prior y los Mayordomos para la fiesta del año siguiente, cargos que nadie rehusaba y eran cumplidos por riguroso orden de lista. Para ello firmaban el compromiso en el libro de actas de la Cofradía.